Título: Morder el anzuelo
Saga: Bellinger sister 2/2
Autora: Tessa Bailey
Editorial: Titania (Ediciones Urano)
Páginas: 320
La novela “Morder el anzuelo” de Tessa Bailey es un emocionante y conmovedor relato que sigue la historia de Hanna, una joven que ha pasado la mayor parte de su vida ayudando a los demás sin preocuparse por sus propios deseos y necesidades. La trama se desarrolla en California, donde Hanna encuentra la oportunidad de tomar el papel protagónico y descubrirse a sí misma.
Después de leer “Sucedió un verano”, sentía algo de temor al enfrentarme a esta novela. Aunque la primera entrega me agradó, no alcanzó mis expectativas. Hannah, nuestra protagonista, ya nos resultaba familiar del libro anterior como la hermana de Piper, y desde su primera aparición me cautivó. Encontrarla en su propia historia me llenó de calidez. En “Sucedió un verano”, vemos una faceta un poco distinta de su personalidad, aunque no muy alejada. Es una joven reservada, apasionada por la música, amable y trabajadora.
En “Morder el anzuelo”, la descubrimos con muchas más fortalezas y debilidades, lo que me hizo encariñarme aún más con ella. Siempre se ha considerado un personaje secundario, sin la valentía suficiente para alzar la voz y perseguir sus propios sueños. Siempre dispuesta a ayudar a los demás, pero olvidándose de sí misma en el proceso. Su regreso a California le brinda la oportunidad perfecta para asumir un papel protagónico. Trabajando como asistente de dirección en cine, encuentra el escenario ideal para una nueva película: el pintoresco pueblo pesquero de Westport. Volver allí implica reencontrarse con Piper, Brendan y el hombre que se convirtió lentamente en su amigo, Fox Thorn.
Fox es conocido como un mujeriego empedernido, reputación que forjó desde su adolescencia y que continúa en su vida adulta. Cansado de esa imagen, de las miradas y comentarios ajenos, de no ser tomado en serio a pesar de sus esfuerzos, de sentirse objeto de deseo. Los únicos momentos en los que se ha sentido realmente escuchado y comprendido han sido junto a Hannah Bellinger, por lo que no pudo perder contacto con ella cuando regresó a California. Ante la noticia de la estadía temporal de Hannah en Westport, Fox se debate entre la emoción y el miedo. Sus sentimientos se intensifican al saber que ella no tiene dónde quedarse, ofreciéndole hospedaje en su casa.
Aunque el cliché de amigos que se enamoran no es mi preferido, tenía curiosidad por descubrir cómo evolucionaría la relación entre los protagonistas tras conocerlos en el libro previo. La tensión entre ellos era palpable desde entonces. Lo que no encontré en la primera entrega y esperaba hallar, sin duda lo conseguí en esta. Los protagonistas me conquistaron. Hannah es una joven con la que resulta fácil identificarse; su proceso de salir de su caparazón resultó conmovedor. Fox, por su parte, me cautivó de una manera inesperada.
Desde el principio queda claro que no encaja en el estereotipo de protagonista tóxico que solemos encontrar en otros libros. Si bien carga con traumas que le han dejado cicatrices profundas, no justifica sus acciones, pero lucha por encontrar su verdadera identidad. La autora aborda de manera destacada la toxicidad de la masculinidad y cómo esta afecta a los hombres, no solo a las mujeres. Fox encarna a la perfección este concepto. A pesar de su reputación de mujeriego, su evolución se vuelve evidente al comprender su historia completa. La amistad entre ellos es genuina; se apoyan mutuamente, con Hannah alentando a Fox a creer en sí mismo sin descuidar su propio bienestar. La química entre ambos es innegable, y su transición de amigos a algo más se percibe de manera natural y cautivadora.
El desarrollo gradual de la relación entre Hannah y Fox me mantenía expectante y emocionada. Las conversaciones entre ellos eran sublimes. Como amigos de largo tiempo, su complicidad es palpable. Observamos cómo manejan la creciente tensión entre ellos, optando por preservar su amistad. Hannah no desea que Fox se sienta objetivado, como suele ocurrir, mientras que Fox valora a Hannah como la única persona que lo comprende y acepta. Su conexión es profunda y auténtica, lo que me llevó a enamorarme tanto de la historia como de los personajes.
A pesar de que estaba disfrutando mucho la lectura, llegó un punto en el que la trama comenzó a sentirse repetitiva, especialmente en lo referente a la historia de Fox. Me preguntaba por qué estos personajes no consideraban acudir a terapia para superar sus problemas más fácilmente. Aunque el desenlace resultó un tanto acelerado y forzado en comparación con el desarrollo previo, una parte de mí se sintió feliz al concluir la historia.
Soy entusiasta de aventuras de magia y tramas largas. Adoro el cine, pero cuando leo libros me imagino que estoy en el estreno dela película. Un atardecer es mi aliado para sentarme a escribir.